sábado, 1 de octubre de 2011

¿NIÑOS INDISCIPLINADOS?

¿Los niños son indisciplinados?

¿Los niños son insolentes?

¿Los niños son intransigentes?

¿Los niños son irrespetuosos?

¿Los adolescentes son respondones?

¿Los adolescentes son mal hablados?

¿Los adolescentes son indisciplinados?

¿Los adolescentes son perezosos?

¿Los adolescentes se hacen los sordos?

¿Los adolescentes no escuchan?

Pero,

Mi hijo es inteligente,

Mi hijo es sensible,

Mi hijo es muy solidario,

A mi hijo le interesa cuidar los animales,

A mi hijo le interesa cuidar de las plantas,

Mi hijo habla como adulto…

Entonces…

¿Cuántas cosas más podemos decir de nuestros niños índigo?

Pero, ¿Cómo podemos ayudarlos? Pero sobre todo, ¿Cómo podemos ayudarnos?

Los índigos son almas sabias, con mentalidad adulta que al estar en cuerpos pequeños se sienten incómodos. Al ser almas sabias, se aburren de estar en el kínder y en la escuela básica, (instintivamente se sienten confundidos de porqué deben ir a aprender las vocales, si ya han leído miles y miles de libros a lo largo de muchas existencias).

En la pubertad, tienen más inclinación a la sexualidad; más que los no índigos. Los cristales y los índigos al venir de la 4º dimensión, saben como controlar y dirigir sus energías… (Aunque a edad temprana no lo tienen claro, solo recuerdos confusos) saben lo importante que es la sexualidad en el equilibrio energético propio y planetario.

Por lo tanto, es importantísimo hablarles claro a estos niños sobre sexualidad y más importante aún ponerles el ejemplo. ¿Cómo vamos a hablarles de respeto a la pareja si hay gritos o infidelidad en la pareja de padres? Ha habido casos que me ha tocado atender, donde los índigos (en este caso adolescentes) han estado en hogares donde no había presencia de los padres, cito tres casos solo como ejemplo: (fueron casos muy difíciles de atender y resolver como se darán cuenta al leerlos)

A) En este caso, el adolescente en cuestión tenía dos hermanos mayores y los padres trabajaban todo el día. Los hermanos mayores estaban siempre encerrados haciendo sus tareas y trabajos de la universidad y cuando no, estaban en fiestas o paseando con sus amigos. ¿Qué hacía nuestro índigo? Estaba solo toda la tarde, de todos los días. Al no tener quien le obligue, hacía solo las tareas de las materias que le gustaban, salía a pasear en su bicicleta y solo paraba en el internet jugando dota o wow. Con el tiempo, se la hizo fácil coger prestados juguetes, libros, aparatos, y cuanta cosa le llamaba la atención. Se convirtió en cleptómano.

B) En este otro caso, la chica en cuestión estudiaba enfermería. Su familia como la anterior era paternidad casi nula. El padre viajaba 300 días al año (por dar un aproximado) y su madre era la socialitos #1. ¿Qué pasó con ella? Mientras estudiaba y hacía sus prácticas, tenía acceso a la sala cuna de la maternidad del estado. Ahí se dio cuenta de que muchas madres solteras deseaban dar en adopción a sus hijos porque no los deseaban o porque su pobreza no les permitía criar a otro hijo más… y otras de plano los abandonaban. Entonces, ella las convencía de que si le entregaban los recién nacidos a ella, les encontraría un hogar y estarían mejor que con ellas (sus madres). Las pobres madres, (otras no tan pobres…merecerían el título de &%&(/ madres) se los entregaban, unas viendo que era lo mejor para los bebés y otras por quitarse un peso de encima. Se hacía pasar por empleada de una agencia de adopción y les decía a los futuros padres que si querían evitar el papeleo y el tiempo de espera, debían pagar…. Y vendía a cada bebé en una cantidad horriblemente alta.

C) El último caso que les contaré, es de un adolescente que era hijo de una madre soltera (muy trabajadora, pero por esto, trabajaba todo el día). Tenía una prima que vivía con ellos, era hija de la hermana divorciada de su mamá, que obviamente vivía sola con su hija…también. La tía y la madre vivían a su vez con su madre, la abuela de él y su prima. La madre y la tía, trabajaban todo el día, y la abuela los miércoles y sábado iba a vender verdura al mercado todo el día. Los chicos crecían prácticamente solos. Con el tiempo, al no tener una figura paterna que le oriente en cuanto a su sexualidad, se le hizo fácil abrazar, besar y tocar a la prima. Al principio a ella le gustaba, se sentía halagada por los besos y las caricias, pero cuando el quiso llegar más lejos, ella se asustó y no quiso más; pero él ya no podía parar y simplemente la sometió.

¿Qué vemos en estos casos?

Muchas veces el comportamiento de los hijos no es culpa al 100% de ellos, y a pesar de eso, los castigamos, gritamos y hasta el cinturón repela de tanto uso. ¿Somos justos al hacer esto? ¿Sentimos que la vida es injusta? ¿Ya no podemos más?

Todo tiene solución, incluso lo que vemos imposible. Si no vemos la solución, pidamos ayuda a un profesional para evitar un daño mayor a nuestros hijos o a nosotros mismos.

Los índigos tienen demasiada energía, son poderosísimos. Si les ayudamos a encauzarla en el buen camino, crearemos adultos responsables, fuertes, solidarios y de buen corazón.

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