sábado, 15 de octubre de 2011

¡Este hombre es mío! ¡Esta mujer es mía!

¡Este Hombre es mío!

¡Esta Mujer es mía!

Los posesivos, normalmente son personas que tienen pareja y son inseguros(as) respecto a ellas. Hay dos clases de inseguros:

a) Los inseguros sin fundamento

b) Los inseguros con fundamento.

Los primeros son posesivos de su pareja, no permiten que nada ni nadie se les acerque a hablar en la calle; revisan sus mails, su celular, les llevan a todas partes (la tienda, el supermercado, la casa de los padres, la escuela de los niños, etc.) y si titubea un poco sobre algún comentario acerca de alguien, una llamada telefónica o quien tocó el timbre, le entra la paranoia de que es su amante o algo que le quiere ocultar.

Los segundos son personas que han pasado por una infidelidad, se recuperaron como pareja (logran superar el incidente) pero el miembro afectado de la pareja queda con duda de que haya terminado con el otro (la otra)…. ¿Y si lo vuelve a hacer? ¿Habré hecho bien en volver con el (ella)?

Se arregla el conflicto de infidelidad pero comienza otro más difícil de resolver…la desconfianza. Al perderla, es sumamente difícil de recuperar y va a depender mucho de la forma de ver las cosas de ambos: del miembro de la pareja afectado (víctima): su madurez emocional para salir adelante y del miembro que afectó (victimario) su voluntad de demostrar su amor para salir airoso.

Pero,

¿Porqué tiene que ir con otro(a)?

¡El (ella) hizo un voto para estar incondicionalmente conmigo!

¡El (ella) es mío (mía) y de nadie más!

Todos nacemos solos (salvo el caso de gemelos y siameses claro) empezando por ahí….¿porque decimos que esa persona es nuestra? Porque el ombligo que tengo sí es mío…las manos que tengo son mías….mis pies también…. Y mi pareja…mmmm.

El (ella) hizo un voto delante de “algo” o “alguien” (según la Ley y religión) pero ¿estaban seguros en ESE momento de lo que decían? Unos sí, otros….no. Los primeros estaban enamorados y los segundos eran presionados por sus familias o su cuenta bancaria o por extrema juventud. Entonces, ¿Vale el voto para todos?

En cierta forma, para eso existen los aniversarios… para renovar votos de unión cada año. Si se hicieron honestamente y con el corazón algunos renovarán seguros de su amor, otros con charlas de comunicación y aclarando malos entendidos renovarán alegres y con esperanzas, pero otros… con la separación madura y sincera de parte de ambos.

Si existe un otro(a), hay algo que está mal. Sentémonos a charlar y hablaremos con la VERDAD. Expliquemos a nuestra pareja la verdadera razón del actuar, del porque estaba buscando a otra persona; la otra persona debe responder (NO GRITAR), no quedarse callado(a) exponer sus sentimientos ante esta situación. Es difícil…. Sumamente difícil….pero no imposible. El matrimonio feliz no es fácil de encontrar pero podemos construirlo. Si hay amor (de ambas partes) se podrá llegar a una solución aunque al momento no lo parezca; a veces, el dolor enceguece al amor y nos descargamos despotricando contra el otro. Pero, si hay amor, el (la) infiel soportará con amor el estallido sabiendo que es necesario que el otro saque su dolor e indignación de alguna forma. A veces, también cuesta quedarse callado, porque se tiene alguna razón o excusa de porque se hizo y siente la necesidad de contraatacar, que debe hablar algunas cosas importantes para el (ella)….llegará su turno de hablar (no gritar) pero primero, debe esperar que el dolor salga (del otro) para que cuando quede tranquilo, pueda escuchar. Si hablamos o contraatacamos mientras el dolor del primero está saliendo o antes, corremos alto riesgo de una pelea y una posterior ruptura. Seamos sabios en nuestra relación y bendigamos nuestro matrimonio. (Cuando hay amor bilateral, insisto) y cuando el amor es unilateral…pues con amor nos sentamos, charlamos, y terminamos como adultos.

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