viernes, 7 de octubre de 2011

MUJER AMAS TU VIDA? COMPATIBILIDAD AURICA

No todas las relaciones de cualquier clase son compatibles. Así como hay plantas que se llevan bien juntas hay otras que no se toleran. Así como hay animales que pueden convivir en armonía hay otros que no.

Los humanos somos muy propensos a caer en una relación incompatible. ¿Porqué? Porque en lugar de ver el interior de la persona, vemos el exterior, la capa externa, el cascarón; y no nos preocupamos por ver si nuestras almas tienen los mismos intereses, esto es, el mismo interés espiritual. Solo nos preocupamos de que el exterior de la otra persona sea “compatible” con el estereotipo del cual se tiene a la mujer o al hombre físico perfecto.

Al pasar el tiempo, nos damos cuenta que el cascarón ya tiene grietas y buscamos cascarones más lisos y firmes porque el agrietado y quebradizo se ha vuelto muy “intocable”

¿Qué pasó?

Que con el tiempo al madurar nuestra mente y/o consciencia, nos dimos cuenta que “ese” cascarón no se parece en nada a nosotros.

Y ¿que sucede entonces?

Que volvemos a buscar (empezamos de nuevo la búsqueda del cascarón que llene nuestra mitad vacía) algo que nos haga sentir completos.

Pero, ¿por qué pasa esto?

Un porcentaje de parejas se separan porque no son compatibles y otro tanto porque no hay tolerancia. Las parejas hoy en día tienen la mentalidad progresista; tanto hombres como mujeres van a la universidad, ambos sexos se gradúan, trabajan y son independientes. Esto ha permitido que la mujer ya no sea la “esclava” de la casa y ha podido superarse como profesional.

Pero, ¿Qué hemos conseguido?

Que la mujer deba atender las labores de casa (limpieza, cuentas, comidas, ropa, reuniones sociales, etc.), la familia (reuniones familiares, cumpleaños, tareas escolares, reuniones escolares), atender al esposo (estar siempre arregladita, perfumada, de buen humor, amante complaciente, amiga, compañera), y atender a su trabajo (jefe, compañeros de trabajo, clientes, informes, cuentas, etc.), y hacer todo esto…¡¡¡con buen humor y sin enfermarse!!!!

¿Acaso el sexo femenino se hizo superior al masculino?

¡¡¡¡¡NNNOOOO!!! La mujer que es soltera puede seguir un camino profesional ilimitado sin presionarse demasiado, una mujer casada sin hijos puede trabajar pero debe atender a su esposo y a su hogar además de su trabajo…si desea tener una vida tranquila y feliz, debe considerar trabajar un horario con hora, ya no ilimitado. Una mujer que es madre ahora debe dividir su tiempo en casa, esposo, hijos, trabajo…ésta persona debería considerar trabajar medio tiempo si desea llevar una vida tranquila y feliz.

Entonces, ¿Podemos dividir el tiempo en tantas ocupaciones?

Sí, se puede, el costo: estrés.

Y ese estrés nos lleva a problemas emocionales que se convierten en enfermedades físicas.

Pero, ¿y el tiempo para ellas mismas?

Una mujer que atiende a su esposo, las cuentas de la casa, la limpieza del hogar, la crianza de los hijos, y su trabajo… ¿le queda tiempo para ella? ¿ para maquillarse, peinarse, distraerse, mimarse, ir al ginecólogo, etc.?

Si una mujer no atiende la parte física, la relación con el esposo corre peligro, si no se distrae y divierte, la crianza de los hijos podría ser caótica y estresante; si no va al ginecólogo con regularidad, su salud corre riesgo; y si no se mima, su relación con ella misma se perderá.

Muchas mujeres tratan de ser súper mujeres, y el costo:

+ Mujeres enfermas

+ Cáncer de mama y Cerviño uterino

+ Alzheimer

+ Problemas cardíacos, entre muchísimos otros….

Y una mujer así, no es apetecible a ningún hombre, y no es amada por sus hijos porque está malhumorada e irritable, enferma, desaseada y sin arreglarse.

¿Esto es lo que queremos?

Si queremos que nuestra vida sea placentera y feliz, (dentro de lo que la vida urbana actual nos permite) debemos actuar con equilibrio, un tiempo para el esposo, otra para los hijos (no solo las tareas, sino hablar y convivir con ellos), otro para las labores del hogar, otro para trabajar y un tiempo para nosotras mismas. Ahora, si tenemos una pareja que comparte las labores del hogar, ¡que bendición! ¡hay que consentir el doble a ese marido que nos entiende!

Todo se resume a:

Debemos amarnos a nosotras mismas para dar amor.

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