martes, 31 de enero de 2012

Anatomía Energética

El presente libro ha sido un reto terriblemente difícil de cumplir, pero con la ayuda de varias personas (vivas y astrales) he podido terminar satisfactoriamente.

El cuerpo humano, es una complejísima máquina biológica que permite la vida física, pero tiene su igual energético. El cuerpo astral es una complejísima (valga la redundancia) máquina energética que permite la vida astral o energética. Tenemos cuerpo físico y cuerpo astral, y gracias a esa conexión tenemos consciencia de ser y libertad de aprender a nuestro paso las enseñanzas que nos da la vida y poder crecer espiritualmente. En el cuerpo astral, es donde se reciben las emisiones de energía (pensamientos positivos y negativos, sensaciones, percepciones) y las distribuye por todo el cuerpo etéreo; si hay alguna emisión de energía positiva, el receptor encargado de esta energía específica la distribuye para bienestar del cuerpo etéreo, pero, si hay emisiones negativas, el receptor encargado de esta energía específica la transmuta y la desecha.

Pero, ¿que pasa cuando una de esas emisiones malas no se desecha, sino que más bien parece haber echado raíces en el cuerpo astral y se resiste a ser desechada?

Pues que el receptor encargado de esa energía específica se enferma.

Y, ¿si no atiendo el problema y sigue con el tiempo arraigándose ahí?

Pues resulta entonces que el receptor homólogo en el cuerpo físico recibe la emisión negativa del cuerpo astral como último intento de hacernos ver que algo anda mal en nuestros sentimientos o pensamientos.

Y, ¿si aún así atendemos el cuerpo físico y no el astral (analizar profundamente el origen del problema)?

Pues el receptor astral encargado de esta energía específica convierte el conflicto en enfermedad crónica, y puede llevarnos a un fin fatal.

En realidad, dentro de la complejidad de las máquinas (biológica y astral) hay una sencillez indiscutible. Mientras estemos bien, nos portemos bien y hagamos todo bien, no deberíamos tener ningún problema, pero si hacemos algo mal a nosotros mismos o a los demás o lo ocultamos, pues es lógico que tengamos alguna dificultad.

Somos humanos, tenemos una misión en esta vida; somos espíritus puros teniendo una experiencia física para aprender algo, y como se supone que debemos aprender, entonces es lógico que haya problemas, obstáculos, indecisiones, etc. Si no, ¿qué fin tendría vivir (aprender)? Lo inteligente aquí es el como debemos superar todos estos problemas para seguir adelante, aprender y hacer crecer nuestro espíritu. Mientras el cuerpo astral esté bien, no tendría porqué cargarle al cuerpo físico mas dificultades de las que ya debe soportar.

Hay enfermedades y problemas que son meramente de origen físico, pero hay también enfermedades y problemas físicos que son de origen astral. Estos son los conflictos que debemos atender con más urgencia para poder tener un crecimiento espiritual como debe ser. Si no atendemos ese problema en esta vida, por temor, o por desidia, probablemente tendremos ese mismo problema en la siguiente vida… arrastraremos nuestra dificultad hasta que la superemos. De ahí que muchos bebés nazcan con enfermedades congénitas. Por esto, ¿no creen que lo mejor y más sano sea atender nuestras dificultades astrales y así poder asegurar un nacimiento sano y feliz en la siguiente vida? Bueno pues esa es la finalidad de este libro, dar una guía sobre que apoyarnos para empezar nuestro análisis personal, sin ser netamente un libro médico, sólo es una guía muy generalizada. Para obtener más detalles de nuestra enfermedad, consultar con un terapeuta bioenergético.

A esto, muchas personas dirán que es incierto, o que no es lo que dicen los antiguos chinos, o lo que dice el Internet…..etc. Es cierto, porque yo no he copiado nada de esto de ninguna parte, TODO ESTE TEXTO ha sido producto de varios mensajes por medio teosófico y corroborado después por “n” entidades, vivas y astrales. No es mi fin hacer este punto lo especial, sino la esencia del mismo: la forma en que podemos sanarnos a nosotros mismos y superar nuestras dificultades. He realizado sanaciones con mis propios métodos (según la dolencia o el sentimiento negativo) pero siempre siguiendo las instrucciones que me han dado mis guías desde un principio, y ahora, que he podido condensar parte de esas informaciones (si colocara todo sería un volumen inmenso) en este texto, quiero compartirlas para bien de todos, y a esto lo he llamado filosofía Infantista. No me parece de ninguna manera arrogante (como ya me han insinuado muchas personas que solo destilan vibraciones muy indeseables) sino una forma de pensar libre y muy autónoma, ya que es muy simple y no entra en detalles ni términos difíciles de escribir y leer. En los libros Infantistas (los míos) he escrito MIS conocimientos teosóficos en lenguaje simple y fácil de asimilar para que esté al alcance de cualquier persona de cualquier edad, y, si por eso soy arrogante, pues lo soy.

¡Buena suerte y adelante!


Magdala Infante

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